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El mediocampista alemán Mesut Özil, criticado en las últimas semanas por su juego y por una polémica política, terminó este sábado con la decisión de mantenerse públicamente en silencio, tres días después de la eliminación de su selección en la primera fase del Mundial, un fracaso que admite que "hace mucho daño".

"No fuimos lo suficientemente buenos", afirmó en inglés en su cuenta de Twitter. "Voy a necesitar un poco de tiempo para recuperarme de esto", apuntó, acompañando su tuit de la etiqueta #SayNoToRacism (Di No al Racismo).
El jugador, nacido en la región minera e industrial del Ruhr y de origen turco, no había realizado declaraciones a los periodistas durante la estancia en Rusia de la Mannschaft y tampoco antes de la competición, salvo breves mensajes en las redes sociales.

Özil, que desde 2013 juega para el Arsenal inglés, fue muy criticado en Alemania por su pobre rendimiento sobre el terreno de juego, siendo a menudo señalado como uno de los motivos del fiasco del equipo de Joachim Löw, que acabó incluso colista del Grupo F tras su derrota del miércoles por 2-0 ante Corea del Sur.
Además de eso, Özil se vio inmerso desde mediados de mayo en una polémica extradeportiva, por sus fotos, junto al también internacional alemán Ilkay Gündogan, con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que se encontraba en campaña electoral.

Özil y Gündogan participaron en un encuentro con Erdogan en Londres y desde el principio las imágenes generaron acusaciones de no respetar los valores alemanes. Özil optó por mantenerse en silencio pese a las críticas que recibía, incluso en un primer momento desde la Federación Alemana de fútbol (DFB).

El asunto fue ganando un cariz político y convirtiéndose en una controversia sobre la inmigración y la integración de los hijos de extranjeros en Alemania, alimentado en gran medida desde la extrema derecha.
Un sector de la hinchada alemana abucheó a ambos jugadores desde ya antes del Mundial y, según el entrenador de porteros de la selección, Andreas Köpke, Özil fue insultado por un hincha cuando abandonaba el campo el miércoles ante los surcoreanos.